EE.UU. presionará a Israel para un alto el fuego tras el plan libanés de desarme de Hezbolá

El enviado especial de Estados Unidos para Líbano afirmó el lunes que su equipo mantendría conversaciones con Israel sobre un alto el fuego a largo plazo, después de que Beirut respaldara un plan para el desarme de Hezbolá apoyado por Washington.
Tras una reunión con el presidente libanés, Joseph Aoun, en Beirut, Tom Barrack dijo también que Washington buscaría una propuesta económica para la reconstrucción del país tras la guerra.
"Creo que el Gobierno libanés ha hecho su parte. Han dado el primer paso", dijo Barrack. "Ahora lo que necesitamos es que Israel cumpla con ese apretón de manos igualitario". Barrack tiene previsto reunirse tanto con el primer ministro libanés, Nawaf Salam, como con el presidente del Parlamento, Nabih Berri, que suele negociar en nombre de Hezbolá con Washington.
A principios de este mes, el Gobierno libanés aprobó una decisión por la que se exigía al Ejército que elaborara urgentemente un plan de desarme contra Hezbolá y lo aplicara antes de finales de año. Sin embargo, la medida enfureció al grupo respaldado por Irán, que considera que el Ejército israelí debe retirarse primero de una región del sur de Líbano que ocupa desde el final de su guerra de 14 meses con Hezbolá el pasado noviembre.
El líder de Hezbolá, Naim Qassem, amenazó con un enfrentamiento abierto si el Gobierno libanés sigue adelante con sus planes de desarme del grupo, calificando la decisión del Gabinete de aplicación de "órdenes de Estados Unidos e Israel". Tanto Aoun como Salam han instado a Hezbolá y a otros grupos armados no estatales a desarmarse. También han exigido a Israel que ponga fin a los ataques aéreos casi diarios sobre Líbano y se retire del país.
Aoun ha declarado que quiere aumentar la financiación de las fuerzas armadas libanesas para reforzar su capacidad. También quiere recaudar fondos de donantes internacionales para ayudar a reconstruir el país.
La guerra entre Hezbolá e Israel a finales de 2024 costó 11.100 millones de dólares (9.500 millones de euros) en daños y pérdidas económicas, según el Banco Mundial, ya que grandes franjas del sur y el este de Líbano quedaron destrozadas. El país también se enfrenta a una crisis económica paralizante desde 2019.
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