Liberan a 13 activistas detenidos en la crisis poselectoral en Venezuela

Un grupo de 13 activistas políticos detenidos durante la crisis poselectoral de los comicios presidenciales de julio de 2024 fue liberado este domingo, informó la oposición venezolana. De acuerdo con Henrique Capriles, ocho personas recuperaron la libertad plena y cinco quedaron bajo arresto domiciliario.
Entre los liberados se encuentran el exdiputado Américo De Grazia, el dirigente Pedro Guanipa y el exalcalde de Maracaibo Rafael Ramírez. También fueron excarcelados Víctor Jurado, Simón Vargas, Arelis Ojeda Escalante, Mayra Castro, Diana Berrío, Margarita Assenza y Gorka Carnevali. Permanecerán bajo detención domiciliaria Nabil Maalouf, Valentín Gutiérrez Pineda, Rafael Ramírez, Pedro Guanipa y David Barroso.
El Colegio Nacional de Periodistas de Venezuela destacó que la medida no implica libertad plena, mientras que el Ministerio de Asuntos Exteriores de Italia confirmó que De Grazia y Assenza, ambos ítalo-venezolanos, deberán comparecer ante un tribunal este lunes y tienen prohibido salir de Caracas. Según la ONG Foro Penal, en Venezuela permanecen detenidos 815 presos políticos, 45 de ellos con paradero desconocido.
Las excarcelaciones ocurren en un contexto de cifras dispares sobre detenciones y liberaciones ofrecidas por las autoridades venezolanas en 2024 y 2025. El Gobierno de Nicolás Maduro ha informado en distintos momentos que más de 2.000 personas fueron detenidas en las protestas poselectorales y que más de 2.000 han sido excarceladas hasta febrero de este año.
En paralelo, el presidente de Guyana, Irfaan Ali, aseguró que su país está preparado para adoptar medidas de protección de su soberanía en el marco de la disputa territorial con Venezuela por la región del Esequibo, una franja de 160.000 kilómetros cuadrados con importantes recursos naturales.
Ali afirmó que la coyuntura representa un "nuevo entorno" que exige experiencia diplomática, respaldo internacional y coordinación regional para preservar la estabilidad. También subrayó que el liderazgo guyanés debe generar confianza entre sus socios internacionales, con quienes busca fortalecer la cooperación en seguridad y en la lucha contra la delincuencia organizada.
Guyana mantiene que la soberanía sobre el Esequibo fue definida en el Laudo Arbitral de París de 1899 y respalda la mediación de la Corte Internacional de Justicia, mientras que Venezuela rechaza este mecanismo.
Una disputa territorial histórica
Mientras Guyana se prepara para experimentar un crecimiento económico récord del 52,8%, impulsado por sus emergentes exportaciones petroleras, Venezuela, cuya industria petrolera se ha desplomado, se enfrentará a una nueva etapa de crisis económica, con una caída proyectada del -15% en su Producto Interno Bruto. Guyana, que hasta hace poco dependía de la agricultura y la pesca, ha visto cómo el descubrimiento y la explotación de sus yacimientos de petróleo, como el de Liza, han transformado sus perspectivas.
Con una proyección de producción de hasta un millón de barriles diarios, Guyana podría convertirse en el país con el mayor ingreso per cápita del mundo. En contraste, Venezuela, que alguna vez fue considerada la Arabia Saudita de América Latina, ha visto desplomar su producción desde los más de 3 millones de barriles diarios en 1999 a menos de 700.000 barriles, lo que ha agravado aún más su crisis. La disputa sobre el Esequibo, una región reclamada por ambos países, sigue siendo un conflicto latente mientras se delinean estos futuros económicos tan desiguales.
Francia también añade presencia naval en el Caribe
En medio de las crecientes tensiones con Venezuela, Francia ha decidido sumarse a Estados Unidos e incrementar su vigilancia del Caribe, enviando más buques a Guadalupe, su territorio de ultramar, según anunció Manuel Valls, ministro de los Territorios de Ultramar.
La decisión llega después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reforzara el despliegue de buques militares estadounidenses en aguas cercanas a Venezuela para combatir el narcotráfico, en particular la actividad del Cartel de los Soles, una decisión que ha generado fuertes reacciones tanto en Venezuela como en sus países vecinos.
Trinidad y Tobago expresó la semana pasada su respaldo a la operación naval estadounidense, señalando que el crimen organizado y el tráfico de drogas representan una amenaza directa para la seguridad de todo el Caribe. Incluso llegó a afirmar que prestará sus aguas y su territorio para las operaciones de EE.UU. contra el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, si Washington lo solicita para defender a Guyana.
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