Francia, en crisis tras la dimisión de Bayrou después de perder la moción de confianza

Francia se sumió en una nueva crisis política el lunes, después de que el primer ministro, François Bayrou, y su Gobierno minoritario colapsaran tras perder una crucial mociónde confianza en la Asamblea Nacional. La mayoría de los diputados votó en su contra, por 364 a 194, obligando al presidente Emmanuel Macron a buscar nuevamente un nuevo jefe de Gobierno.
Bayrou —en el cargo por menos de un año— se había apostado su futuro en una votación de confianza sin precedentes, confiando en que los legisladores respaldarían su propuesta de profundos recortes de gasto para controlar la creciente deuda de Francia. En cambio, tanto la izquierda como la extrema derecha aprovecharon la oportunidad para derribarlo.
¿Cuáles son los próximos pasos?
La oficina de Macron confirmó que el presidente aceptará la dimisión de Bayrou el martes y nombrará un reemplazo “en los próximos días”. Según la Constitución francesa, Bayrou puede permanecer en un rol interino hasta entonces, manejando solo asuntos rutinarios.
Francia ya ha funcionado bajo gobiernos interinos dos veces en los últimos dos años: entre julio y septiembre de 2024, tras la dimisión del Gobierno de Gabriel Attal; y en diciembre de 2024, tras la caída del Gobierno de Michel Barnier.
Macron ahora tiene dos opciones: nombrar un nuevo primer ministro capaz de sobrevivir en el dividido Parlamento francés, o disolver la Asamblea Nacional o convocar elecciones anticipadas. Hasta ahora se ha resistido a la segunda opción, pero el estancamiento podría eventualmente dejarle poco margen de maniobra.
Si Macron opta por nuevas elecciones, la constitución requiere que se celebren entre 20 y 40 días después de la disolución. Por tradición, se espera que el presidente nombre a un primer ministro -generalmente de su propio partido- que sea quien gane el mayor número de escaños, aunque constitucionalmente no está obligado a hacerlo.
Si un otro partido obtuviera una mayoría absoluta, sin embargo, el presidente se vería forzado en la práctica a nombrar a su líder como primer ministro, un movimiento conocido como 'cohabitación', en la política francesa.
Esto ocurrió en 1993, cuando el presidente socialista François Mitterrand tuvo que nombrar al conservador Édouard Balladur como primer ministro tras la aplastante victoria de la derecha en las elecciones legislativas. Si Macron ignorara semejante resultado y nombrara a un aliado, ese Gobierno casi con seguridad enfrentarían una moción de censura inmediata.
¿Quién podría suceder a Bayrou?
Ya hay especulaciones sobre posibles sucesores. Aquí algunos de los candidatos.
Candidatos de izquierda:
- Líder socialista Olivier Faure ha declarado que su partido está “listo para gobernar” e incluso recibió el apoyo público del expresidente François Hollande. Sin embargo, su propuesta de un impuesto a los ultrarricos podría disuadir a Macron de elegirlo. Además, múltiples diputados de la derecha conservadora y del partido de extrema izquierda Francia Insumisa están en contra de su nominación.
- Bernard Cazeneuve, ex primer ministro del Gobierno socialista, es visto como un puente hacia la izquierda moderada. Su nombre surge como una posibilidad solo si los socialistas acuerdan no derribarlo, ya que dejó el partido en 2022.
- Pierre Moscovici, jefe del Tribunal de Cuentas de Francia, con una reputación de prudencia fiscal. Su perfil podría tranquilizar a los mercados y atraer el respaldo de los socialistas moderados.
Del propio Gabinete de Macron:
- El ministro de Defensa, Sébastien Lecornu, es la opción más clara de "continuidad". Un leal de la era Macron que ha ocupado puestos en el equipo de Macron desde 2017. Casi se convirtió en primer ministro el pasado diciembre antes de que una intervención de última hora de Bayrou lo desbaratara.
- La ministra de Trabajo, Catherine Vautrin, ofrece un enfoque de centro-derecha en política social que podría tentar a partes de la derecha conservadora, pero deja fría a la izquierda. Algunos de los aliados más inclinados a la izquierda de Macron han rechazado la candidatura de Vautrin debido a su oposición al matrimonio entre personas del mismo sexo.
- El ministro de Economía, Éric Lombard, ha mostrado apertura a comprometerse con la izquierda en el presupuesto de 2026. Es experto en finanzas públicas, sin ambiciones presidenciales, y tiene lazos personales con el líder socialista Olivier Faure, lo que podría ganar parte de la izquierda.
- El ministro de Justicia, Gérald Darmanin, podría marcar una postura más dura en materia de ley y orden bajo su mando, lo que probablemente endurecería la oposición de la izquierda. Aún está por verse si las ambiciones presidenciales de Darmanin para 2027 le llevarían a aceptar una posición tan destacada.
Candidatos de derecha:
- El ministro del Interior, Bruno Retailleau, encarna una línea conservadora más estricta. Eso podría ganar la tolerancia de algunos diputados de extrema derecha, pero endurecería la resistencia de la izquierda y desestabilizaría a los centristas.
El margen de maniobra cada vez más estrecho de Macron
El próximo primer ministro enfrentará la misma tarea casi imposible a la que se enfrentó Bayrou: sacar adelante un presupuesto en un Parlamento fragmentado donde ningún partido tiene mayoría.
Macron ha prometido permanecer en el cargo hasta que termine su mandato, en 2027. Pero después de que varios gobiernos hayan caído en menos de dos años, Francia corre el riesgo de sumirse aún más en una parálisis política, con la segunda economía más grande de Europa aún lastrada por su creciente deuda.
En su discurso ante la Asamblea Nacional antes de la votación del lunes, Bayrou advirtió de un país en “soporte vital” y adicto al gasto. La deuda pública de Francia ahora supera los 3,3 billones de euros, o el 114% del PIB, la tercera más alta de la eurozona después de Grecia e Italia.
El déficit alcanzó el 5,8% del PIB en 2023, casi el doble del límite del 3% de la UE, y se prevé que sea del 5,4% este año. El plan de Bayrou apuntaba a recortar 44.000 millones de euros en gastos para 2026, en parte eliminando dos festivos nacionales, pero sus oponentes lo denunciaron como socialmente injusto.
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