La represión de las redes sociales en Nepal forma parte de una tendencia mundial a la censura: ¿Son las VPN la solución?

La represión de las redes sociales en Nepal, que desembocó en protestas y en la muerte de al menos 19 personas a manos de la policía, es el último episodio de un declive de las libertades en internet que lleva años produciéndose en todo el mundo, a medida que incluso las democracias intentan restringir la expresión en línea.
Varios cargos políticos, entre los que se encuentra el primer ministro de Nepal, K.P. Sharma Oli, han dimitido por la oleada de protestas.
El Gobierno de Nepal declaró la semana pasada que bloqueaba varias plataformas de redes sociales, entre ellas Facebook, X y YouTube, porque las empresas no cumplían el requisito de registrarse ante el Gobierno. La prohibición se suspendió el martes, un día después de las protestas.
Lo que está ocurriendo en Nepal refleja "un patrón más amplio de control de la narrativa y del control de las historias que surgen desde ese entorno", afirmó Aditya Vashistha, profesor adjunto de Ciencias de la Información en la Universidad de Cornell.
"Esto ha ocurrido varias veces en países vecinos, como India, Pakistán y Bangladés, así que no es nada nuevo", añadió Vashistha. "De hecho, yo diría que está recurriendo a un libro de jugadas, ya muy establecido, para intentar controlar las narrativas de los medios sociales".
No sólo Nepal
El Gobierno de Nepal ha reclamado a las empresas que designen a un enlace en el país, mientras que algunos funcionarios piden leyes para controlar las redes sociales y garantizar que tanto los usuarios como los operadores son responsables de lo que comparten. Pero la medida ha sido criticada por ser considerada una herramienta para censurar y castigar a los opositores que expresan su descontento en internet.
"Los gobiernos tienen un interés legítimo en regular las plataformas de medios sociales. Se trata de algo tan cotidiano en nuestras vidas y en nuestros negocios que, sin duda, es razonable que las autoridades se sienten y digan que quieren desarrollar normas", afirmó Kian Vesteinsson, analista principal de investigación sobre tecnología y democracia de la organización sin ánimo de lucro Freedom House, con sede en Washington.
"Pero lo que vemos en Nepal es que los bloqueos generalizados, como forma de imponer una serie de normas a las empresas de medios sociales, dan lugar a daños desproporcionados", dijo.
No es sólo Nepal. Un informe de Freedom House señala que la libertad en internet en el mundo ha disminuido por decimocuarto año consecutivo en 2024, a medida que algunos gobiernos reprimen la disidencia y la gente se enfrenta a detenciones por expresar opiniones políticas, sociales o religiosas en línea.
Aunque China encabeza sistemáticamente la lista del "peor entorno del mundo" para la libertad en internet, el año pasado Myanmar también compartió esta designación. La organización no había hecho un seguimiento de Nepal.
India aprobó en 2023 una ley de telecomunicaciones que otorgaba a su Gobierno "amplios poderes para restringir las comunicaciones en línea e interceptar comunicaciones", según Freedom House. Tres años antes, una amplia ley que regulaba internet sometió a plataformas digitales como Facebook a la supervisión directa del Gobierno.
Las autoridades afirman que las normas son necesarias para acabar con la desinformación y la incitación al odio, y para dar más poder a los usuarios para señalar contenidos censurables. Pero los críticos advirtieron que conduciría a la censura en un país donde las libertades digitales ya se han ido reduciendo.
En enero, la Cámara Baja del Parlamento de Pakistán aprobó un proyecto de ley que otorga al Gobierno amplios controles sobre las redes sociales, incluida la posibilidad de enviar a prisión a los usuarios que difundan desinformación.
Libertad en línea y democracia
Freedom House califica la libertad en internet de "pilar de la democracia moderna" y afirma que una democracia sana del siglo XXI no puede funcionar sin un entorno en línea fiable, donde la gente pueda acceder a la información y expresarse libremente. Sin embargo, los gobiernos ponen cada vez más trabas.
A menudo, las nuevas normas son en nombre de la seguridad infantil, la ciberdelincuencia o el fraude, observó Vesteinsson, "pero, por desgracia, mucha de esta regulación viene de la mano de medidas restrictivas".
En el caso nepalí, por ejemplo, "la misma disposición de esta ley, ordena a las plataformas de medios sociales que restrinjan el contenido relacionado con el tráfico de niños, la trata de seres humanos y la explotación laboral, todas ellas cuestiones realmente importantes", añadió. "Dos puntos por encima de eso, ordena a las plataformas que limite a la gente el publicar de forma anónima".
El Comité para la Protección de los Periodistas declaró el lunes que las protestas "subrayan la preocupación generalizada por la prohibición de las redes sociales en Nepal y la necesidad urgente de que el Gobierno retire su orden". Una prohibición tan amplia no sólo restringe la libertad de expresión, sino que también obstaculiza gravemente el trabajo de los periodistas y el derecho del público a saber".
¿Pueden ayudar las VPN?
La represión parece haber estimulado el uso de redes privadas virtuales (VPN), según Proton, que ofrece servicios cifrados. El número de usuarios del servicio VPN de Proton en Nepal ha aumentado un 8.000% desde el 3 de septiembre, según los datos que la empresa ha publicado en internet.
Una VPN es un servicio que permite a los usuarios enmascarar su ubicación para eludir la censura o las restricciones geográficas de visualización en línea.
Pero los expertos advierten que las VPN no son la solución definitiva a los bloqueos gubernamentales de internet. Pueden ser caras y estar fuera del alcance de mucha gente, señala Vashistha, quien añade que, además, pueden resultar lentas y dar lugar a experiencias de menor calidad cuando se intenta acceder a plataformas sociales bloqueadas.
Google, Meta, X y TikTok, que se registró en Nepal, tal y como demandaba el Gobierno, y consecuentemente sigue funcionando, no respondieron a las peticiones de comentarios.
Vesteinsson afirmó que las empresas pueden tomar medidas sustanciales para salvaguardar la privacidad de sus usuarios, especialmente en el caso de los defensores de los derechos humanos y de los activistas, que puedan ser un objetivo específico de la represión gubernamental en sus países.
"Es muy importante que las plataformas de redes sociales sean responsables ante sus usuarios en este sentido", concluyó el analista de Freedom House.
Today