Exteriores confirma que los 28 españoles de la Flotilla que permanecían retenidos vuelven este lunes

El Ministerio de Exteriores español ha confirmado que una segunda remesa de activistas de la Flotilla Global Sumud, compuesta por 28 personas, regresará este lunes a España tras una repatriación inicial de otros 21, completando así la extradición de todos los connacionales que han sido retenidos por Israel tras intentar alcanzar las costas de Gaza.
El primer grupo de españoles de la Flotilla aterrizó este domingo por la noche en Madrid, gracias a los billetes que les compró el Gobierno español. Al menos siete de los 28 restantes habían iniciado una huelga de hambre en protesta por las condiciones de su encarcelamiento y para reclamar su liberación inmediata.
El organismo comandado por José Manuel Albares ha confirmado que sufragó los billetes de regreso de los deportados "para agilizar su salida" de Israel, una medida que, según fuentes diplomáticas, forma parte de un acuerdo con las autoridades israelíes para acelerar la repatriación. Entre los repatriados figuran la exalcaldesa de Barcelona Ada Colau y el concejal de Esquerra Republicana en este ayuntamiento, Jordi Coronas.
La huelga de hambre ha sido comunicada por la organización de la Flotilla a través de su canal de Telegram. Los activistas propalestinos subrayan que los huelguistas rechazan la comida ofrecida por las autoridades israelíes y que su gesto es "una forma de resistencia no violenta".
La organización ha publicado un listado con nombres de activistas en huelga de hambre, entre los que figuran siete españoles: Ana María Martín López, Simón Francisco Vidal Ferrandis, Lluís de Moner Mayans y Sandra Garrido Fernández, además de los representantes de Podemos Lucía Muñoz, Serigne Mbayé y Alejandra Martínez, según ha confirmado la secretaria general del partido, Ione Belarra.
Denuncias de malos tratos
A su llegada al aeropuerto de Barajas el domingo, varios de los activistas repatriados denunciaron las condiciones en las que permanecieron retenidos en suelo israelí, llegando a asegurar que fueron "atados" y "golpeados" por las fuerzas de seguridad y señalando directamente al ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir.
"Estuvimos siete horas maniatados con las manos en la espalda, sentados en el asfalto de noche, mientras se paseaba el ministro extremista Ben Gvir", dijo uno de los activistas tras aterrizar en Madrid, en declaraciones difundidas por 'TVE'.
La exalcaldesa Colau aseguró que se dieron "muchas situaciones de abuso y arbitrariedad" y denunció, al igual que hicieron activistas de otros países durante el fin de semana, que los detenidos no habían recibido "ni agua" durante su traslado. "Hemos estado encerrados en una prisión de alta seguridad donde no se respetaban ninguno de nuestros derechos, ha habido maltrato, trato denigrante", concluyó la exdirigente.
Otro de los españoles se expresó en similar sentido a su llegada: "Los maltratos físicos y psicológicos han sido repetidos estos días. Nos han pegado, nos han arrastrado, nos han atado de pies y manos, nos han vendado los ojos, nos han insultado, nos han impedido dormir, nos han negado la asistencia médica".
Albares afirma que el cónsul español tiene acceso a los retenidos
El ministro de Exteriores ha defendido la actuación del Gobierno y ha prometido asistencia consular diaria: "Nadie será abandonado", aseguró, y explicó que el cónsul en Tel Aviv ha visitado a los detenidos en centros del Neguev para verificar su estado, el acceso a agua y alimentos y la atención sanitaria. Albares pidió además a Israel que respete la integridad física y los derechos de los retenidos y que acelere su liberación.
La decisión de muchos activistas de no firmar los documentos que reconocen una "entrada ilegal" en Israel, requisito habitual para tramitar la deportación, complica las salidas. Algunos optaron por permanecer en los centros de detención para mantener la presión internacional.
Mientras España gestiona las repatriaciones y el buque de la Armada, el Furor, permanece en la zona como contingencia, la situación humanitaria y diplomática sigue en ebullición: la flotilla partió de Barcelona con la intención de abrir un corredor humanitario hacia Gaza y su interceptación ha encendido protestas y llamados internacionales a garantizar el respeto del derecho internacional humanitario.
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