Las lagunas legales en el sistema de banderas de buques socavan las sanciones a Rusia e Irán

Las sanciones contra Rusia, Corea del Norte e Irán seguirán fracasando a menos que se reforme estructuralmente el sistema mundial de abanderamiento marítimo, según un nuevo informe del Royal United Services Institute (RUSI), un think tank con sede en Londres.
El estudio destaca la creciente dependencia de Rusia e Irán de tácticas evasivas, como ocultar la propiedad de los buques, inutilizar los sistemas de identificación, registrarse en Estados de abanderamiento indulgente y enarbolar falsas banderas, con el fin de eludir la detección y la aplicación de la ley.
"La facilidad con la que los buques pueden obtener pabellones sin escrutinio, evitar la transparencia de la propiedad y eludir las medidas coercitivas ha creado las condiciones para todo un ecosistema naviero paralelo", escribieron los autores del informe, Gonzalo Saiz y Tom Keatinge.
Sólo el año pasado se sancionaron casi 700 buques, pero el proceso de registro de buques sigue siendo un "punto débil crítico" en la aplicación de las sanciones internacionales. "Los buques retirados de un registro por infringir las sanciones a menudo pueden obtener un nuevo pabellón en cuestión de días", señalaron Saiz y Keatinge del RUSI.
Presión diplomática y vigilancia reforzada
Según el informe, las medidas actuales han demostrado ser insuficientes, ya que en la mayoría de los casos reaccionan ante las infracciones en lugar de prevenirlas. Añade que "la presión diplomática, la vigilancia reforzada y la aplicación de la ley a nivel nacional han dado resultados, pero estas medidas siguen siendo reactivas y descoordinadas".
Un aspecto central del problema es la llamada flota en la sombra, buques utilizados por el Kremlin para eludir el límite occidental de precios del petróleo ruso, fuente clave de ingresos para la guerra de Moscú en Ucrania.
Los analistas de RUSI sostienen que la gobernanza marítima debe "mejorarse radicalmente", y advierten de que la Organización Marítima Internacional (OMI) carece de las herramientas y la autoridad necesarias para poner fin al "cambio de pabellón", una práctica en la que los buques cambian de bandera nacional para ocultar su identidad y seguir transportando impunemente petróleo y mercancías sancionadas.
Panamá ha dado de baja a más de 650 buques
El cambio de pabellón no es nuevo, pero se ha acelerado desde el inicio de la guerra en Ucrania hace más de tres años. "Numerosos Estados de abanderamiento permiten el registro con un mínimo de diligencia debida, sin verificar la titularidad real ni evaluar el riesgo de sanciones", según el informe.
Algunos registros importantes, como Panamá y Liberia, han reforzado la supervisión bajo presión diplomática. Desde 2019, Panamá ha dado de baja a más de 650 buques. Pero estos esfuerzos se han visto socavados por registros más pequeños -incluidos Camerún, Gambia, Honduras, Sierra Leona y Tanzania- que continúan ofreciendo banderas con poco escrutinio.
El sistema se ve aún más debilitado por los servicios de registro privados, que a menudo operan con escasa supervisión y fuera del territorio del Estado de abanderamiento al que representan.
La UE incluye a 444 buques en la lista negra de la flota fantasma
Según RUSI, sólo una reforma sistémica -apoyada por el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), el organismo internacional de vigilancia contra el blanqueo de capitales con poder para "señalar y avergonzar" a los infractores- ofrece una vía creíble para avanzar.
"Si no se aborda urgentemente el fenómeno de la flota en la sombra, seguirá expandiéndose, atrayendo a más buques, cargamentos y jurisdicciones a un sistema que premia la opacidad frente al cumplimiento", concluye el informe.
A través de varios paquetes de sanciones, la UE ha incluido en la lista negra un total de 444 buques pertenecientes a la flota fantasma. A todos ellos se les deniega el acceso a los puertos y servicios de la UE.
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