La Comisión Europea inicia la ratificación del acuerdo UE-Mercosur pese a las reticencias de Francia

La Comisión Europea inició el miércoles el proceso de ratificación del acuerdo comercial alcanzado en diciembre de 2024 con Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, con la esperanza de que los Estados miembros más reticentes -encabezados por Francia- den finalmente su aprobación.
Para ello, ha atendido una exigencia clave de París al adjuntar al acuerdo una declaración por la que se compromete a vigilar de cerca las posibles distorsiones del mercado para los productores comunitarios de los productos más sensibles, como la carne de vacuno y de ave.
El acuerdo entre la UE y los países del Mercosur pretende crear una zona de libre comercio entre los dos bloques, con la desaparición gradual de los aranceles para la mayoría de los productos, salvo para algunos productos agrícolas sujetos a contingencias especiales.
La declaración, que se espera adopte la forma de un acto jurídico, no vinculará a los países de Mercosur, sino sólo a la propia Comisión Europea, con la esperanza de responder a las preocupaciones de los agricultores inquietos por una posible competencia desleal por parte de los productores de Mercosur.
Según el acuerdo alcanzado en 2024, una distorsión del mercado puede llevar a un país a activar una cláusula de salvaguardia que restrinja las importaciones de otro país. Francia considera que esta cláusula no sería lo suficientemente eficaz.
El Elíseo, asediado políticamente por el voto de confianza al que se someterá el Gobierno en los próximos días, aún no ha respondido al anuncio de la Comisión. El acuerdo de Mercosur es un tema muy sensible en Francia, que hasta ahora ha unido a las principales fuerzas políticas de la oposición.
La Comisión afirma que la aplicación es "democrática"
El acuerdo debe ser firmado ahora por los Estados miembros de la UE, la mayoría de los cuales están a favor del acuerdo, deseosos de compensar el deterioro de la relación comercial con Estados Unidos.
En el momento álgido de la polémica, Francia contaba con el apoyo de Polonia, Países Bajos, Austria y, potencialmente, Italia para formar una minoría suficiente para el bloqueo del acuerdo en el Consejo. Pero tras meses de arduas negociaciones sobre un acuerdo arancelario con Estados Unidos, el equilibrio parece haber cambiado.
Deseosa de que el acuerdo comercial entre en vigor "rápidamente", la Comisión Europea también ha optado por dividir el texto en dos partes: un componente comercial, que pasará directamente por el Consejo de la UE -donde están representados los Estados miembros- y el Parlamento de la UE; y un segundo componente, que deberá ser aprobado a los parlamentos nacionales.
Este proceso -defendido por un alto funcionario de la UE como "acorde con los Tratados" y "democrático", dado que será examinado por eurodiputados electos- permitirá que la parte comercial entre en vigor más rápidamente.
Un enfoque similar se utilizó para el acuerdo UE-Canadá (CETA), cuyas disposiciones comerciales se han aplicado provisionalmente, aunque el acuerdo completo, incluidas las cuestiones relacionadas con la inversión, aún no ha sido ratificado por los 27 parlamentos nacionales.
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