...

Logo Pasino du Havre - Casino-Hôtel - Spa
in partnership with
Logo Nextory

Toni Comín, el eurodiputado "fantasma" que vive en un limbo legal

• Dec 22, 2025, 6:36 PM
13 min de lecture
1

En una fría y oscura tarde, Toni Comín camina por los pasillos del Parlamento Europeo en Bruselas como si estuviera en casa. La gente le saluda cordialmente, como si no le vieran a menudo, una situación extraña para un miembro de la Eurocámara.

Salvo que Comín es eurodiputado sólo sobre el papel. No tiene despacho, ni asistentes, ni tareas que realizar, ni, por supuesto, nómina. Incluso la tarjeta que utiliza para entrar en el Parlamento es diferente de la de sus colegas.

Debido a una compleja cuestión jurídica, este legislador español de 54 años es miembro electo del Parlamento Europeo, pero no puede actuar como tal. Puede entrar en el edificio con una tarjeta de la legislatura anterior y goza de inmunidad parlamentaria, pero no puede asistir a reuniones oficiales, redactar leyes en las comisiones ni tomar la palabra en las sesiones plenarias. Para entender por qué, hay que remontarse a octubre de 2017.

Euronews
Euronews Euronews

Hijo de un destacado político socialista catalán, Comín era entonces consejero de Sanidad del Gobierno regional de Cataluña, la Generalitat de Cataluña, que en ese momento intentaba un proceso independentista.

La Generalitat llegó a promover un referéndum sobre la independencia de Cataluña, que el Gobierno español consideró ilegal, pero que se celebró a pesar de ello. La jornada electoral se vio empañada por la intervención policial, con algunos episodios de violencia.

El Gobierno catalán declaró la independencia el 27 de octubre de ese año, a lo que siguió inmediatamente la aplicación por España de un poder de emergencia para restablecer el orden. Cinco miembros de la Generalitat abandonaron el país en secreto al día siguiente, entre ellos Comín y el entonces presidente catalán, Carles Puigdemont. Desde entonces, sus historias han estado estrechamente entrelazadas.

Buscados por la Justicia española por rebelión, sedición y malversación de fondos públicos, los dos políticos se refugiaron en Bélgica, donde ambos viven actualmente. España nunca ha conseguido extraditarlos, a pesar de varios intentos y una larga serie de litigios.

Puigdemont y Comín también se presentaron a las elecciones europeas de 2019 como candidatos del partido de centro-derecha que cofundaron, Junts per Catalunya (Juntos por Cataluña), y ambos fueron elegidos para el Parlamento Europeo. Pero no se les permitió tomar posesión de sus escaños como eurodiputados hasta 2020, tras una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea.

Las autoridades electorales españolas exigen que toda persona elegida al Parlamento Europeo preste juramento en persona en España, lo que hacía imposible que los prófugos catalanes tomaran posesión de su cargo sin regresar a su país y arriesgarse a ser detenidos. Este obstáculo fue finalmente despejado por el Tribunal Europeo, pero volvió cuando Comín fue reelegido en 2024.

"Una nueva sentencia anuló la anterior, alegando básicamente que yo soy eurodiputado, pero el Parlamento debe respetar la decisión de España sobre la concesión del ejercicio del mandato", dijo Comín a 'Euronews'. "Es la diferencia entre ser eurodiputado y hacer el trabajo de eurodiputado".

Esta paradoja hace que el actual Parlamento tenga 719 diputados en lugar de 720, ya que si bien el legislador catalán no puede ejercer como eurodiputado sin que España le tome juramento, tampoco puede ser sustituido. Lo que sí puede hacer por ahora es reunirse con sus colegas.

Toni Comín
Toni Comín 'Euronews'

"Estoy aquí más o menos dos veces al mes, intentando mantener mi red de contactos", dijo, señalando que mientras algunos legisladores españoles no quieren hablar con él en absoluto, otros lo hacen encantados.

"Tengo buenos contactos con algunos eurodiputados de los Verdes/ALE, del grupo de la Izquierda y de Renovar Europe". El resto de su tiempo, dice, lo dedica a la actividad política y a escribir unas memorias en su casa de la ciudad belga de Lovaina la Nueva.

"Es un libro de 700 páginas con toda mi historia", dijo, bromeando que todavía está buscando un título apropiado. "Estará terminado para Navidad o un poco después, y se publicará el año que viene".

Una lucha desde el extranjero

Durante los ocho años de su exilio autoimpuesto, Comín ha seguido persiguiendo la causa de la independencia catalana, actuando como mano derecha de Puigdemont. Junts se mantuvo en el poder a nivel regional durante años tras el fallido intento independentista, y aunque ahora está en la oposición en el Parlamento catalán, ayuda a mantener en el poder al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, al no votar en su contra en las mociones de censura.

El Gobierno de Sánchez, de tendencia socialista, ha buscado la reconciliación con los independentistas catalanes, que le concedieron su apoyo (o al menos, no la oposición) en el Parlamento español a cambio de una ley de amnistía que ampare a los políticos implicados en los sucesos de octubre de 2017.

Pero no todo se ha solucionado. El Tribunal Supremo español ha impugnado la aplicación de la amnistía en relación con el delito de malversación de caudales públicos; Puigdemont, Comín y otros recurrieron al Tribunal Constitucional contra el Supremo, pero hasta que se resuelva la pugna legal, la orden de detención española contra ellos sigue vigente.

Puigdemont y Comín en un debate del Parlament durante la anterior legislatura
Puigdemont y Comín en un debate del Parlament durante la anterior legislatura EbS

"No podemos ir allí, así que las reuniones políticas de nuestros partidos se celebran en Bélgica. Cada mes, los altos cargos venimos aquí desde Barcelona, y nos reunimos en casa de Puigdemont, en Waterloo", dijo Comín.

Su relación con el principal líder del separatismo catalán es tanto política como afectiva. "Después de lo que hemos vivido juntos, estoy seguro de que nuestra amistad puede sobrevivir a todo. Somos más que compañeros de partido, somos hermanos de exilio".

Juntos han dirigido su partido desde el extranjero a través de una montaña rusa de acontecimientos, que incluyen detenciones, caóticos esfuerzos depor establecer un gobierno en el exilio y problemas personales.

El pasado enero, Comín fue acusado de acoso sexual y psicológico por un asistente parlamentario, que presentó una queja formal ante el Parlamento por su supuesto comportamiento.

El exasesor, que trabajó siete años para el grupo de Junts en Bruselas como asistente en distintos ámbitos, ha relatado en su denuncia tocamientos, insinuaciones y malos tratos de carácter laboral. Comín ha asegurado que se trata de "bromas y comentarios tergiversados". Comín calificó las acusaciones de totalmente infundadas y dirigidas a perjudicarle políticamente.

Esperanza en el horizonte

Aunque el objetivo a largo plazo de Comín y sus compañeros sigue siendo la independencia de Cataluña de España, el objetivo a corto plazo es volver a casa. Los años transcurridos desde 2016 no han visto ningún progreso en el objetivo número uno: el entusiasmo independentista de 2017 ha disminuido progresivamente, la Generalitat está ahora dirigida por socialistas catalanes opuestos a la independencia, y los separatistas en el extranjero han recibido poco o ningún apoyo.

La vuelta a España, sin embargo, podría estar en el horizonte. Si se concede una amnistía total a los líderes separatistas catalanes, tendrían derecho a regresar a Cataluña sin enfrentarse a la detención.

Esto podría despejar el camino para que Puigdemont intente recuperar el poder en las elecciones regionales, mientras que a Comín le permitiría jurar su escaño en el Parlamento Europeo. Es la vía más rápida para convertirse en eurodiputado de pleno derecho, más probable que sus recursos pendientes en los tribunales, y se siente optimista.

"Tengo un 90% de posibilidades de lograrlo antes de que acabe la legislatura", afirma. Echa de menos el trabajo real del Parlamento, la posibilidad de elaborar políticas y librar batallas políticas, como el levantamiento de las patentes de vacunas que había perseguido en la anterior legislatura.

Pero más que eso, echa de menos Cataluña, así como a su pareja y a su hija, que estudia allí secundaria. Recuerda la libertad de viajar a su ciudad natal, Barcelona, y suspira. "La sensación de exilio es terrible: no te imaginas lo doloroso que es hasta que lo vives en primera persona".