Científicos aspiran a erradicar la malaria editando el ADN de mosquitos vectores, ¿funcionará?
Los científicos llevan mucho tiempo soñando con acabar con las enfermedades transmitidas por mosquitos, como la malaria, que por sí sola mata a más de 608.000 personas al año.
Sus inventos, en especial las mosquiteras tratadas con insecticida, han reducido drásticamente la mortalidad infantil en zonas de África, duramente golpeadas por estas enfermedades. Se transmiten cuando las personas son picadas por mosquitos u otros insectos infectados.
Pero ya en los años sesenta, un grupo de científicos empezó a plantearse otra cuestión, en lugar de centrarse solo en matar a los insectos portadores de parásitos, ¿y si se pudiera evitar simplemente que transmitieran la enfermedad?
Desde entonces, laboratorios privados, universidades y organismos públicos han invertido cientos de millones de euros en experimentos para alterar el ADN de los mosquitos. Algunas modificaciones genéticas vuelven estériles a los mosquitos, otras impiden que su descendencia llegue a la edad adulta o dificultan que los parásitos causantes de enfermedades infecten a los insectos.
"La idea de cambiar realmente el genoma del mosquito para que no sea susceptible a los parásitos supone un cambio de paradigma absoluto", afirmó Jan Kolaczinski, experto en malaria y control de vectores en Unitaid, un grupo que trabaja para mejorar el acceso a los medicamentos en países de renta baja.
Los primeros ensayos con mosquitos modificados genéticamente en Burkina Faso, Brasil, Malasia, Estados Unidos y otros lugares han sido alentadores, y han ayudado a reducir las poblaciones de mosquitos en esas zonas.
Pero algunos tipos de edición genética son polémicos, y grupos ecologistas llevan años pidiendo prohibir la suelta de mosquitos con impulso genético, que aumenta la probabilidad de que los insectos transmitan genes modificados a su descendencia.
En un nuevo informe, Unitaid, que está alojada en la Organización Mundial de la Salud (OMS), defiende precisamente ese método de edición genética como la vía más prometedora para acabar con el azote de las enfermedades transmitidas por mosquitos.
Con el enfoque de impulso genético autosostenible, los cambios en los genes de los mosquitos se transmiten al 100% de su descendencia, lo que significa que podrían propagarse por la población hasta sustituir por completo a los mosquitos portadores de enfermedades, señala Unitaid.
En el mejor de los casos, eso significa que una sola suelta de insectos modificados en la naturaleza podría -con el tiempo- acabar con la malaria en las regiones donde hoy es endémica, incluida gran parte del África subsahariana.
"Eso nos permitiría controlar la malaria a una escala sin precedentes, porque el mosquito casi se controlaría solo", dijo Kolaczinski. "Esto es algo que consideramos el Santo Grial".
Con otras técnicas de edición genética, los cambios en el ADN desaparecerían en pocas generaciones, lo que obligaría a los científicos a liberar repetidamente los insectos modificados. Eso encarece estos métodos con el tiempo, señala el informe.
Sin embargo, el enfoque del impulso genético autosostenible tiene sus propios riesgos y limitaciones. Alterar de forma permanente la composición genética de una especie de mosquito podría acarrear consecuencias no deseadas para el ecosistema difíciles de prever.
Los científicos también están probando vías no genéticas para impedir que los mosquitos propaguen enfermedades, por ejemplo infectando huevos de mosquito con la bacteria Wolbachia, que afecta a su capacidad de reproducirse y de transmitir el dengue, el chikunguña y otras enfermedades.
Los investigadores siguen explorando múltiples estrategias para controlar los mosquitos, dijo Kolaczinski, porque distintas situaciones pueden requerir métodos diferentes. Por ejemplo, un enfoque puede ser más útil para determinados parásitos, funcionar mejor en zonas urbanas o rurales, o ser más práctico según la logística o la financiación.
También existe el riesgo de qué tecnologías que parecen funcionar en entornos experimentales acaben fallando en el mundo real. "Uno no querría poner todos los huevos en la misma cesta", dijo Kolaczinski.
Aun cuando la ciencia quede resuelta, podría ser difícil lograr apoyo político, financiero y social para la modificación genética. Además, los recortes masivos de la financiación de la salud global este año ponen en riesgo la lucha ya en marcha contra la malaria y otras enfermedades transmitidas por vectores.
Pero Kolaczinski señaló que esta tecnología podría seguir siendo la mejor baza de la comunidad científica para cambiar de forma significativa el curso de enfermedades endémicas como la malaria, que infectó a unos 263 millones de personas en 2023, según datos de la OMS.
"No veo otra forma de llegar a cero malaria en zonas endémicas sin una herramienta verdaderamente transformadora", dijo. "Y, de entre las opciones posibles, diría que los mosquitos con impulso genético son probablemente los más prometedores".