François Bayrou se enfrenta al hundimiento del Gobierno. ¿Qué le espera a Francia?

El primer ministro francés, François Bayrou, se enfrentará a una votación de confianza crucial en el Parlamento el 8 de septiembre, una prueba que podría derribar su frágil Gobierno.
Nombrado en diciembre del año pasado por el presidente francés Emmanuel Macron, Bayrou ha estado luchando por mantener unida una coalición minoritaria en una Asamblea Nacional profundamente dividida.
Si pierde -lo que parece el resultado más probable-, Francia podría entrar en otro periodo de incertidumbre política. He aquí algunos de los diferentes escenarios que podrían configurar la política francesa en las próximas semanas.
¿Por qué se celebra una moción de confianza?
El propio Bayrou ha desencadenado la moción de confianza, un hecho insólito en la política francesa. En el centro de la polémica está el plan de Bayrou para controlar las finanzas públicas del país. Su plan presupuestario para 2026 se centra en una fuerte reducción del déficit, que pasaría del 5,8% del año pasado a menos del 4,6% el año próximo, lo que exigiría fuertes recortes del gasto y posibles nuevas medidas fiscales.
Una de las propuestas más impopulares es la supresión de dos días festivos de los once que tiene Francia, sugiriendo "como ejemplo" el lunes de Pascua y el 8 de mayo, día en que se conmemora el final de la Segunda Guerra Mundial en Europa.
Mientras él lo enmarca como esencial para mantener la deuda "en un nivel sostenible", los partidos de la oposición lo denuncian como demasiado austero y socialmente injusto. Se han anunciado protestas masivas para los días 10 y 18 de septiembre en todo el país. A diferencia de una moción de censura iniciada por la oposición, esta votación es una apuesta del primer ministro para demostrar que tiene legitimidad para gobernar.
¿Cuáles son los posibles resultados?
El más probable: la caída del Gobierno de Bayrou
El próximo lunes, Bayrou pronunciará un discurso político seguido de un debate y, a continuación, una votación en el Parlamento. Se necesitan 289 de los 577 votos para derrocar al Gobierno.
Un escenario probable teniendo en cuenta que la ultraderechista Agrupación Nacional, el partido de extrema izquierda Francia Insumisa (LFI), el Partido Comunista, los Verdes y el Partido Socialista han anunciado que votarán en contra del Jefe de Gobierno. Una vez derrocado, Bayrou y sus ministros se verán obligados a dimitir del Gobierno. Su Gabinete se limitaría entonces a los asuntos cotidianos hasta que Macron nombre a un sucesor.
El presidente tendría varias opciones. Podría nombrar a otro primer ministro de entre sus filas. Macron también podría recurrir a una figura de la sociedad civil o a un político de otro partido político capaz de construir una coalición. Otra posibilidad sería un Gabinete tecnocrático dirigido por un alto funcionario, ampliamente aceptado por los partidos.
Sin embargo, todos estos escenarios tropiezan con el mismo obstáculo: el candidato designado tendría que superar un voto de confianza en una Cámara Baja muy fracturada y dividida entre la izquierda, el centro-derecha y la extrema derecha.
Un escenario improbable: Bayrou sobrevive
Aunque improbable, Bayrou podría salir airoso. Eso requeriría concesiones significativas por parte de otros partidos, especialmente en lo que respecta a su plan presupuestario. Esta semana, el primer ministro se reunirá con varios partidos para negociar su supervivencia antes de la votación de la semana que viene.
Si tiene éxito, Bayrou vería su estrategia de reducción del déficit respaldada en principio, pero entonces tendría que negociar cada medida con un Parlamento hostil. En el mejor de los casos, su supervivencia sería frágil, pues sólo retrasaría el bloqueo institucional.
La posibilidad de una disolución y de elecciones anticipadas
Desde la sorprendente decisión de Macron de disolver el Parlamento el 9 de junio de 2024, Francia está sumida en una inestabilidad crónica. La Constitución francesa permite ahora al presidente disolver de nuevo el Parlamento, al haber transcurrido el plazo de espera de un año. En ese caso, tendrían que celebrarse nuevas elecciones legislativas en un plazo de 20 a 40 días.
La extrema derecha ha presionado durante mucho tiempo a favor de este escenario, convencida de que esta vez ganaría, tras obtener un 33% en la primera vuelta de las elecciones de junio de 2024.
Sin embargo, la Agrupación Nacional quedó tercera en la segunda vuelta, después de que la izquierda y los partidarios de Macron hicieran esfuerzos concertados para bloquear los avances de la extrema derecha en tantos distritos como fuera posible.
En un reciente sondeo de Ifop realizado para los medios de comunicación franceses, el 63% de los encuestados deseaba la disolución de la Asamblea Nacional y la celebración de nuevas elecciones legislativas. Macron, sin embargo, ha dicho en repetidas ocasiones que la convocatoria de elecciones anticipadas no era su primera opción.
¿Y si Macron dimitiera?
Ante los repetidos callejones sin salida políticos desde la disolución de 2024, algunos han planteado la cuestión de si Macron debería dimitir. La hipótesis sigue siendo extremadamente improbable. El presidente francés ha insistido repetidamente en que cumplirá su mandato hasta 2027, independientemente de las turbulencias políticas a las que se enfrente.
El líder de la extrema izquierda, Jean-Luc Mélenchon, ha afirmado que "Macron es el caos" y ha pedido su dimisión si fracasa la moción de confianza propuesta por Bayrou para el 8 de septiembre. Mélenchon también afirmó que se iniciará un procedimiento de destitución a finales de septiembre.
¿Y el presupuesto de 2026?
La caída del Gobierno de Bayrou bloquearía automáticamente el proyecto de presupuesto de 2026. Un nuevo gabinete podría presentar una versión revisada, siguiendo el proceso legislativo normal.
En el improbable caso de que no hubiera Gobierno a finales de 2025, una disposición especial permitiría prorrogar el presupuesto de 2025 hasta 2026, garantizando la continuidad de los ingresos y gastos del Estado. Pero este parche debilitaría aún más la credibilidad fiscal de Francia ante las agencias de calificación crediticia y la Unión Europea.
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