Detenido el alcalde de Estambul, rival de Erdogan, por presunta corrupción y vínculos terroristas

La Policía turca ha detenido este miércoles a uno de los principales rivales del presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, en una clara escalada de represión política del líder autoritario. Se trata del alcalde de Estambul, el socialdemócrata Ekrem İmamoğlu, una de las cabezas más visibles de la oposición cuando se cumplen 11 años de Erdoğan al frente del Ejecutivo de Turquía.
En un comunicado, la Fiscalía de Estambul califica a İmamoğlu como "cabecilla de una empresa criminal". El político ha sido detenido junto a otras 100 personas, entre ellas su estrecho colaborador, Murat Ongun, y el director de su campaña electoral, Necati Özkan.
En un vídeo publicado en las redes sociales tras las acusaciones en su contra, İmamoğlu ha declarado lo siguiente: "Os quiero mucho a todos, me encomiendo a mi nación. Que todos sepan que me mantendré firme".
La detención de İmamoğlu se produce 24 horas después de que se le retirase el título universitario. Los hechos, además, se produce poco antes de que el CHP fuese a confirmar la nominación del alcalde para liderar el partido y concurrir a la carrera presidencial.
El grueso de los detenidos trabajaba en Medya A.Ş., filial del Ayuntamiento metropolitano de Estambul, y contra quienes participaban en el desarrollo del llamado "consenso de la ciudad": un acuerdo entre el CHP de İmamoğlu y el partido pro-kurdo DEM para apoyarle en las próximas municipales.
Los opositores afirman que la represión se produce tras las importantes pérdidas sufridas por el partido gobernante de Erdoğan en los anteriores comicios del año pasado, en medio de crecientes llamamientos para que se celebren elecciones anticipadas.
Los movimientos en Oriente Próximo, posible móvil de la ola represiva en Turquía
Este movimiento de Erdoğan ocurre en un momento geopolítico dulce para el líder turco. El Ejecutivo euroasiático ha ganado prominencia internacional tras la caída del régimen de los Al Assad y su sustitución por la Administración islamista liderada por el grupo paramilitar Hay'at Tahrir al-Sham (HTS), apoyados por Turquía durante la guerra civil siria.
Además, las milicias kurdas establecidas entre las fronteras turcas y sirias han accedido a un repentino alto el fuego tras 40 años de conflicto. Los kurdos defienden la creación del Kurdistán, una región autónoma distribuida por la región diseñada para la etnia kurda, la cual entraba en conflicto con la soberanía territorial de Turquía. Washington, además, los considera una organización terrorista, un factor de peso para los kurdos de cara a abandonar las armas por la incertidumbre ante la nueva Administración de Trump.
La Fiscalía Jefe de Estambul alega que İmamoğlu ayudaba al PKK, el brazo político de kurdos en Turquía: "Su objetivo era aumentar la eficacia de la organización terrorista en las zonas metropolitanas", aseguran. İmamoğlu y sus ayudantes también están acusados por corrupción, entre otras cosas por realizar supuestos sobornos, extorsiones y utilizar las filiales del municipio metropolitano de Estambul para obtener beneficios económicos.
La directora regional adjunta de Amnistía Internacional para Europa, Dinushika Dissanayake, ha reaccionado tras el episodio de represión: "Las draconianas acciones de hoy representan una escalada masiva en la continua represión de las autoridades turcas contra la disidencia pacífica y los ataques contra el principal partido político de la oposición, el CHP". Y concluye: "El drástico retroceso en los derechos humanos observado en Turquía durante la última década ha sentado las bases para un nivel de impunidad por violaciones de derechos humanos que debe ser cuestionado".
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