De salones de uñas a compañías biotech: crece la moda por acumular criptos en la tesorería de las empresas

Hace cinco años, Michael Saylor, fundador de Strategy, convirtió a la empresa en la primera cotizada en acumular bitcoin en su tesorería. Aquella estrategia arriesgada estaba fuera de lo común pero funcionó: las acciones de la compañía estadounidense de software se disparan un 2.600% desde entonces, y su capitalización se ha multiplicado por 77 veces. Tesla la siguió en 2021, cuando invirtió 1.250 millones para comprar la criptomoneda. Y ahora, ante el auge del mercado cripto, cada vez más empresas buscan emularlas: las últimas han sido Convano, una cadena de salones de uñas japonesa y una decena de biotecnológicas y farmacéuticas, que se han sumado a esta carrera. Pero no todas están teniendo éxito: el mercado se ha dado cuenta de que en muchos casos esta estrategia es puramente especulativa y busca desviar el foco de atención de los problemas del negocio, además de limitar la capacidad de la empresa de repartir dividendos, perjudicando a los inversores.
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