Un refugiado en Grecia enseña codificación a mujeres de Afganistán

Desde que los talibanes volvieron al poder en 2021, las mujeres afganas viven bajo un régimen de restricciones asfixiantes. No se les permite trabajar -salvo contadas excepciones-, no pueden salir solas de casa, comer en un restaurante o continuar su educación más allá de la escuela primaria.
Sondaba, como muchas otras mujeres del país, asistió en silencio al derrumbe de toda libertad. Hasta que descubrió un curso gratuito de programación en línea en dari, su lengua materna. Detrás de ella está Murtaza Jafari, afgano de 25 años que llegó a Grecia siendo adolescente, en un barco procedente de Turquía. Vivía en un centro de acogida de Atenas, no sabía inglés ni cómo abrir un ordenador. Pero un profesor le ayudó a matricularse en un curso de codificación. Meses después, obtuvo su primer título.
La programación le abrió nuevos horizontes y le inspiró una misión. Creó la plataforma Afghan Geeks y empezó a ofrecer cursos a distancia a mujeres de su país. Desde diciembre de 2024, imparte clases a 28 mujeres -de nivel principiante, intermedio y avanzado- y las orienta en la búsqueda de prácticas y empleos a distancia.
Esperanza a través de las pantallas
Para muchas mujeres, los empleos digitales son su única fuente de ingresos, y de independencia. Las más avanzadas se unen ahora al equipo de Afghan Geeks, que ofrece servicios de desarrollo web y creación de chatbots. Jafari dice que tiene clientes en Afganistán, Estados Unidos, Reino Unido y Europa.
Y sin embargo, tras siete meses de clases, Jafari nunca ha visto las caras de sus alumnos. Sólo habla con sus voces, sin imagen. "Les pregunto por su salud, por su vida bajo los talibanes. Pero nunca les he pedido que enciendan una cámara o muestren sus caras", dice. "Lo respeto. Es nuestra cultura. Y es su elección". "En Afganistán, las mujeres no pueden estudiar, no pueden trabajar. Es lo menos que puedo ofrecer como ciudadano afgano", afirma.
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