La ampliación de la UE amenaza con agravar la fuga de cerebros en los Balcanes Occidentales
 
                        La adhesión de nuevos países a la Unión Europea podría agravar la escasez de trabajadores en los futuros Estados miembros y profundizar la fuga de cerebros. Aunque la integración europea suele generar oportunidades empresariales y de inversión, también puede acelerar la deslocalización laboral, ya que muchos trabajadores buscan mejores salarios y condiciones en los países más ricos del bloque una vez garantizada la libertad de circulación. Como resultado, la ampliación podría tener efectos secundarios negativos sobre las economías locales.
Croacia, que ingresó en la UE en 2013, perdió alrededor de 400.000 residentes en la última década, según el Banco Mundial, que la sitúa entre las cinco naciones comunitarias con mayor descenso demográfico. En el caso de Rumanía, que se incorporó en 2007, el éxodo ha sido aún más acusado: uno de cada cuatro rumanos vive hoy fuera del país, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
A esta situación se suma un problema estructural a escala europea: el envejecimiento de la población y la baja natalidad provocan una grave escasez de mano de obra. Según las proyecciones disponibles, el bloque perderá cerca de un millón de trabajadores al año hasta 2050. En los últimos años, la movilidad laboral dentro de los 27 Estados miembros ha mitigado parcialmente esa carencia, pero de forma desigual: los países del sur y del este sufren una fuga constante de trabajadores cualificados hacia economías más desarrolladas, lo que erosiona su crecimiento y competitividad.
"Aunque el éxodo de emigrantes (cualificados) de los Balcanes Occidentales lleva décadas produciéndose, la adhesión a la UE podría exacerbar este fenómeno, como ya vimos en la anterior ampliación", declaró a 'Euronews' Lien Jansen, investigador doctoral de la Universidad KU Leuven.
La liberalización de los visados Schengen ha facilitado la movilidad y acelerado esta tendencia a largo plazo, ya que muchos trabajadores aprovechan la posibilidad de viajar a la UE para emplearse de forma temporal, explica Jansen. "La adhesión a la UE tiende a intensificar aún más este proceso al eliminar las barreras que aún existen en el mercado laboral", añadió.
Aun así, algunos expertos consideran que el impacto podría ser menos drástico en la próxima ronda de ampliación, ya que varios países candidatos llevan años, incluso décadas, inmersos en el proceso de adhesión y han experimentado ya oleadas de emigración hacia Estados miembros más ricos.
Montenegro y Albania solicitaron su ingreso en la UE en 2008 y 2009, respectivamente. Macedonia del Norte lo hizo hace 22 años. Desde entonces, la emigración ha continuado sin pausa. En general, los Balcanes han sufrido una transformación demográfica sostenida: su población en edad de trabajar se ha reducido de manera constante y se prevé que caiga alrededor de un 20% de aquí a 2050.
Si la tendencia actual se mantiene, el Banco Mundial estima que, hacia finales de esta década, la región balcánica afrontará un déficit superior a los 190.000 trabajadores.
Un estudio publicado en 2025 por el 'think tank' europeo Bruegel revela que varios sectores económicos de los países de los Balcanes Occidentales (Albania, Bosnia y Herzegovina, Kosovo, Montenegro, Macedonia del Norte y Serbia) se encuentran bajo una fuerte presión, especialmente la sanidad, la construcción y la industria manufacturera.
"Es importante destacar que la emigración puede reportar beneficios económicos, como el comercio, la inversión extranjera directa (IED) y las remesas de los países de acogida de los emigrantes", señala la investigación de Bruegel. "Nuestro estudio demuestra que este también podría ser el caso".
¿Qué hace la UE ante estos posibles efectos colaterales?
Desde la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia a comienzos de 2022, la Unión Europea ha vuelto a situar la ampliación entre sus prioridades estratégicas. En 2023, la Comisión Europea presentó su Plan de Crecimiento para los Balcanes Occidentales, cuyo objetivo declarado es fomentar el desarrollo económico y la convergencia socioeconómica con el resto del bloque.
Según estimaciones de Bruselas, la iniciativa podría duplicar el tamaño de las economías de la región en la próxima década. "Por primera vez, la UE ofrece a estos países una entrada parcial en el mercado único antes de su plena adhesión, sobre la base de condiciones y reformas", explicó a 'Euronews' Nina Vujanović, miembro afiliada de Bruegel.
Sin embargo, el desafío persiste: las economías europeas más desarrolladas también se benefician, al menos a corto plazo, de la emigración de trabajadores cualificados procedentes de los Balcanes Occidentales, especialmente en sectores con escasez de mano de obra como la sanidad, recordó Jansen.
"Los beneficios para el crecimiento derivados de la entrada en la UE compensan las pérdidas de población", afirmó Vujanović. Agregó que todos los países de Europa Central y Oriental que se han incorporado al bloque han registrado una mayor convergencia económica, pese al impacto de la fuga de cerebros.
Vujanović también subrayó que la integración en el mercado único abre un importante potencial de crecimiento para estas pequeñas economías, al facilitar su incorporación a las cadenas de suministro europeas.
Albania, Montenegro, Macedonia del Norte y Moldavia forman parte de la Zona Única de Pagos en Euros (SEPA), condición incluida en el Plan de Crecimiento, lo que significa que los pagos transfronterizos entre la UE y sus países son mucho más rápidos y baratos.
El 4 de noviembre está previsto que la Comisión Europea presente su evaluación anual de los países candidatos para valorar sus progresos y dar recomendaciones en ámbitos como el Estado de derecho, los derechos fundamentales y la Justicia.
¿Cuáles son las posibles soluciones?
La UE podría empezar por reconocer el efecto de la fuga de cerebros como un reto conjunto vinculado a la ampliación en su próximo informe sobre la ampliación, según Lune Bernstein, coautora del informe 2024 'Navigating brain drain in the Western Balkans'.
Bernstein señaló que también serían necesarias medidas de apoyo para ayudar a retener y atraer talento, como vincular la financiación al empleo local o promover la migración circular.
"Los países candidatos podrían centrarse en reducir los factores de expulsión que ahuyentan a los trabajadores cualificados, por ejemplo, mejorando el camino de la educación al trabajo, reforzando sectores clave y ofreciendo mejores condiciones laborales", añadió.
Algunos países, conscientes del problema, ya han empezado a aplicar reformas para incentivar el retorno de sus ciudadanos. En Serbia, por ejemplo, los empresarios que contratan a retornados de la diáspora para trabajar en sectores de innovación y cualificados reciben una ventaja fiscal.
Polonia probó un mecanismo similar en 2022, cuando introdujo un beneficio fiscal para los polacos que regresaran al país. Hasta la fecha, 25.000 personas se han beneficiado del plan.
Para aprovecharse de él, una persona debe regresar a Polonia tras pasar al menos tres años en el extranjero. El programa garantiza una exención del impuesto sobre la renta de las personas físicas durante cuatro años para los ingresos inferiores a 85.500 zlotys (unos 20.166 euros).
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