Trump recibe una corona de oro en Corea del Sur antes de las conversaciones comerciales
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se ha reunido este miércoles con el presidente de Corea del Sur, Lee Jae-myung, en la última etapa de su gira asiática que incluye dos hitos clave: alcanzar un acuerdo con respecto a los aranceles estadounidenses impuestos a productos surcoreanos, pero también a los chinos.
Tras su llegada, Trump ha esgrimido un tono más conciliador de lo habitual. "Los mejores acuerdos son los que funcionan para todos", ha dicho, apuntalado las señales de que habrá pactos. Trump ha calificado la relación americano-coreana como "muy especial" durante su intervención en un foro empresarial.
Según las agencias, ambos países han cerrado un acuerdo comercial tras la reunión bilateral Trump-Lee. "Hemos llegado a un acuerdo", expresó Trump en la ciudad surcoreana de Gyeongju durante una cena con otros mandatarios del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).
Kim Yong-beom, jefe de Gabinete surcoreano para asuntos políticos, confirmó que ambos países pactaron la inversión de 350.000 millones de dólares (unos 300.000 millones de euros) que Seúl se comprometió a realizar en EE.UU. Kim, citado por la agencia surcoreana Yonhap, señaló que Seúl accedió a que 200.000 millones en inversiones sean efectuados en efectivo, con un límite anual de 20.000 millones por año.
En su intervención en el foro, Lee había criticado las barreras comerciales. "En un momento en que el proteccionismo y el nacionalismo van en aumento y las naciones se centran en su supervivencia inmediata, palabras como 'cooperación', 'coexistencia' y 'crecimiento inclusivo' pueden sonar huecas", ha dicho. "Sin embargo, paradójicamente, es en tiempos de crisis como estos cuando el papel de APEC como plataforma de solidaridad brilla más".
Tensiones entre Trump y Corea del Sur por el comercio
Lee, presidente de centroizquierda, asumió el cargo en junio tras una convulsa etapa política en la nación asiática. Su Gobierno ha otorgado a Trump la Gran Orden de Mugunghwa, la más alta condecoración del país, convirtiéndose en el primer presidente estadounidense que la recibe. El neoyorkino también ha jugado a colocarse la réplica de una corona real del reino de Silla, que gobernó desde el año 57 a.C. hasta el 935 d.C.
Las tensiones entre Seúl y Washington habían aumentado desde verano, sobre todo a raíz de una redada en una planta de Hyundai en Georgia en septiembre contra varios de sus trabajadores surcoreanos. Más de 300 operarios fueron detenidos.
Lee declaró que las empresas probablemente dudarían en realizar futuras inversiones a menos que se mejorara el sistema de visados. "Si eso no es posible, establecer una fábrica local en Estados Unidos supondrá graves desventajas o será muy difícil para nuestras empresas", ha afirmado el presidente asiático. "Se preguntarán incluso si deberían hacerlo".
La reunión Trump-Xi se cierne sobre la conferencia APEC
Establecida en 1989 como un foro de 12 miembros para promover el libre comercio y la cooperación económica, APEC cuenta ahora con 21 miembros, incluidos Estados Unidos, Corea del Sur, China, Japón, Australia y Rusia. El peso colectivo de sus miembros es considerable: representan el 37% de la población mundial y más de la mitad del comercio mundial de bienes.
Y mientras Seúl trata de llegar a un acuerdo con EE.UU., se espera que Trump mantenga una reunión el jueves con el líder chino, Xi Jinping, en el marco de esta cumbre. Trump y Xi se han enzarzado en los últimos meses en una escalada de la guerra comercial en la que Washington ha impuesto elevados aranceles y endurecido los controles tecnológicos, con China tomando represalias mediante restricciones a las exportaciones de tierras raras.
No está claro si alguno de los líderes estará dispuesto a hacer concesiones serias, pero ambas partes han indicado que están dispuestas a rebajar las tensiones. En lugar de quedar atrapada en la rivalidad entre Washington y Pekín, Corea del Sur debería utilizar su papel de presidente para transmitir un mensaje que promueva el libre comercio y la cooperación mundial, cree Choi Yoon Jung, analista del Instituto Sejong de Seúl.
Corea del Norte se hace de notar con un misil de crucero
Mientras tanto, al otro lado de la frontera más vigilada del mundo, el régimen norcoreano afirma haber disparado este miércoles unos misiles de crucero mar-tierra en sus aguas occidentales. Según la agencia estatal norcoreana, la prueba del martes fue "un éxito".
De acuerdo con su cosmovisión geopolítica, los líderes norcoreanos tienen motivos para estar molestos por la cumbre, y no solo por la presencia de Estados Unidos, su archienemigo declarado desde los años 50, sino también por la de China, su principal aliada, que legitima a Corea del Sur con su presencia.
El lanzamiento del misil se produce horas antes de la cumbre entre Trump y el presidente surcoreano. Trump había planteado previamente la posibilidad de ampliar su estancia en Corea del Sur para reunirse con Kim Jong-un, pero el miércoles declaró tener una agenda demasiado apretada.
Pyongyang ha rechazado hasta ahora las propuestas de Washington y Seúl, diciendo que no reanudará su diplomacia con Estados Unidos a menos que Washington abandone su exigencia de desnuclearización. Trump le quitó importancia al lanzamiento: "Llevan décadas lanzando misiles".
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