Hungría pone freno a la galopante inflación congelando precios para evitar el cierre de comercios

Tras conocerse la semana pasada que la inflación de los alimentos fue del 7,1% en febrero, el primer ministro anunció la congelación de precios en las cadenas de distribución de 30 productos alimentarios esenciales. Es importante dejar claro que el margen no es un beneficio para las empresas, ya que paga los salarios, los gastos generales, el transporte, todo lo que va más allá del precio de compra, y sólo al final sabremos cuánto ganarán. Además, el sector tiene un impuesto especial.
Los economistas afirman que el impacto de la medida sobre la inflación podría ser muy limitado, y que aunque ejerza cierta presión a la baja sobre los precios de los alimentos, se dejará sentir como mucho durante unos meses. No es la primera vez en los últimos años que el Gobierno interviene en el mercado. Un analista económico entrevistado por 'Euronews' dijo que una medida así podría ser arriesgada a largo plazo.
Escasez de existencias y congelación de precios
"Ha habido escasez de existencias, los precios han subido de forma alarmante tras levantarse la congelación de precios. No sólo en el mercado alimentario, sino también en el de los carburantes había un control de precios, y cuando se levantó, los agentes del mercado empezaron a trabajar con márgenes más altos, así que definitivamente hay cierto riesgo de que eso ocurra. Si las tiendas más pequeñas no se adaptan a la bajada de precios, podrían perder clientes y arriesgar su supervivencia", advirtió Péter Szász, analista de la web económica 'Portfolio'.
Podrían incluso cerrar si no consiguen mantener la competitividad de precios. En este sentido, las franquicias de propiedad húngara se verán afectadas, ya que tienen un gran número de productos a los que afecta la congelación de precios, por lo que los márgenes se reducirán mucho, lo que no es sostenible a largo plazo. Si se mantiene así durante mucho tiempo, se producirá un cierre masivo", afirmó Attila Fodor, director de comunicación de la cadena de supermercados húngara CBA.
Junto al impuesto especial sobre el comercio minorista, se han introducido nuevas cargas estatales: por ejemplo, el aumento de las tasas de agua y alcantarillado en dos plazos. Si en esta situación se limitan los beneficios en algunos productos, es probable que los comercios los aumenten en otros, como ha ocurrido con la limitación de precios. El Gobierno tiene previsto mantener la congelación de márgenes hasta el 31 de mayo.
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