Bolivia vota en unas elecciones que pueden acabar con 20 años de Gobiernos de izquierda

El Movimiento al Socialismo (MAS), que ha dominado Bolivia durante 20 años desde los tiempos de Evo Morales, llega fracturado a estas elecciones tras intensas luchas internas. El actual presidente Luis Arce, quien inicialmente planteó reelegirse, renunció finalmente a su candidatura en mayo para "no ser un factor de división" tras meses de enfrentamiento público con Morales.
La situación de la izquierda se complicó aún más tras el fallido intento de golpe de Estado de junio, perpetrado por un grupo de militares, que evidenció las profundas divisiones internas. Arce ha respaldado como candidato oficial del MAS al exministro Eduardo del Castillo, quien también mantiene diferencias con Evo Morales. Esta fractura ha llevado a Morales a considerar que los comicios carecen de legitimidad y a pedir el voto nulo contra Del Castillo.
Por su parte, Andrónico Rodríguez, de 36 años y actual presidente del Senado, representa la principal alternativa de izquierdas tras presentarse con la Alianza Popular, una lista independiente. Sin embargo, su popularidad ha disminuido y los sondeos lo sitúan por debajo del 10% de intención de voto.
La derecha aspira a regresar al poder tras dos décadas
Ocho candidatos, todos hombres, compiten por la presidencia en unos comicios donde la derecha parte como favorita según las encuestas. Los conservadores Samuel Doria Medina (Alianza Unidad) y Jorge 'Tuto' Quiroga (Alianza Libre) lideran las preferencias, ambos con cerca del 20% de intención de voto.
Doria Medina, uno de los empresarios más ricos del país y veterano en contiendas electorales, mantiene una ligera ventaja sobre Quiroga, quien ya ejerció la presidencia durante un año tras la salida del general Hugo Banzer. Completan la oferta derechista Manfred Reyes Villa (Súmate-APB), Rodrigo Paz (PCD), Johnny Fernández (Alianza Pueblo) y Pavel Aracena (ADN).
Las previsiones apuntan a una segunda vuelta electoral el 19 de octubre, lo que constituiría un hito histórico, ya que Bolivia nunca ha necesitado una segunda ronda desde que la Constitución de 2009 introdujo esta posibilidad. Para evitarla, un candidato debe obtener más del 50% de los votos válidos o al menos el 40% con una ventaja de diez puntos sobre el segundo.
Proceso electoral bajo tensión política
Las elecciones se desarrollan en un clima de alta tensión política. El Gobierno boliviano denunció el sábado una "guerra sucia" en redes sociales entre candidatos opositores y rechazó acusaciones de preparar un fraude electoral. La Alianza Unidad de Doria Medina acusó al Ejecutivo de poner en marcha un "plan digitado" para acusar a su partido de fraude.
Los colegios electorales abrieron a las 08:00, hora local, y cerrarán a las 16:00 (20:00 GTM), con 3.733 circuitos distribuidos por todo el país. El sufragio es obligatorio y quienes no voten enfrentarán una multa del 20% del salario mínimo (72 dólares), además de quedar inhabilitados para futuros comicios. También está permitido el voto consular en 22 países.
El presidente electo asumirá el cargo el 8 de noviembre por un período de cinco años, en lo que será una transición crucial para el futuro político de Bolivia tras dos décadas de hegemonía del MAS.
A las 19:15 hora de España, ha sucedido un desafortunado incidente: una turba ha apredeado al candidato a la Presidencia de Bolivia Andrónico Rodríguez cuando salía de emitir su voto.
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